Fuentes históricas y arqueología
en San Bartolomé de Tirajana
Las crónicas y las fuentes etnohistóricas, mencionan aspectos y referencias a los primeros episodios de la Conquista y nos acerca al modo de vida y costumbres de los antiguos canarios. En la crónica francesa Le Canarien (1420) se citan topónimos y asentamientos de los antiguos canarios en territorio de San Bartolomé de Tirajana. Las obras de Cedeño (1490-1500), Bernáldez (1495), Gómez Escudero (1550-1602), Torriani (1592), A. Galindo (1602), Sosa (1678), Marín y Cubas (1687), Viera y Clavijo (1772) Millares Torres (1880)…etc, contribuyen en el conocimiento de diferentes aspectos históricos.
Las investigaciones arqueológicas en el municipio se remontan a finales del siglo XIX, con trabajos de Berthelot (1842) pero es en 1880 con la fundación de “El Museo Canario” en Las Palmas de Gran Canaria, con investigadores como Grau-Bassas (1882), Chil y Naranjo (1876) o la contribución del antropólogo francés Verneau (1878), cuando se impulsan los estudios en Tirajana. En el siglo XX, a partir de la creación de la “Comisaría de Excavaciones Arqueológicas” (1939-1955) y la figura de S. Jiménez Sánchez, de nuevo se descubren numerosos yacimientos arqueológicos de habitación, funerarios o cultuales que serán publicados en Excavaciones Arqueológicas del Plan Nacional de los años 1942-1943 y 1944 con aportaciones de enclaves en el Barranco de Arguineguín, Lomo Galeón, Cañada del Tostón, Barranco de Berriel o Altos de San Agustín, entre otros.
En 1948, el “Seminario de Historia Primitiva” se interesa en la prospección del Barranco de Fataga, con posterioridad se verían intensificados con los trabajos de exploración de la “Comisión de Arqueología del Museo Canario” y el descubrimiento de estaciones rupestres y prospecciones en las laderas de Fataga y Tirajana.
Tras la creación en 1970 del “Departamento de Arqueología de la ULL”, los profesores M.S. Hernández Pérez y J. F. Navarro excavan estructuras de habitación y funerarias en El Pajar (Arguineguín) y en el barranco de Fataga, la arqueóloga R. Schlueter, centra sus investigaciones en la necrópolis de Arteara que amplía a la zona de Fataga y Amurga, información que publica en la Carta Arqueológica del Barranco de Fataga; Ecosistemas del Barranco de Fataga, su etnografía o «La Necrópolis de Arteara. Síntesis imposible».
Es a finales de la década de los 80, como consecuencia de la construcción de la autopista Tarajalillo-Pasito Blanco se descubre la necrópolis del Lomo de Maspalomas, con más de 140 inhumaciones. Tras la delimitación de las fosas de enterramiento se extraen los paquetes sedimentarios para su depósito en unas naves industriales en Lomo Gordo, donde serán estudiados por V. Alberto y J. Velázquez. Las dataciones por C14, apuntan un marco cronológico de uso funerario entre el siglo XI al siglo XIV.
En 1997 la Revista El Museo Canario, publica la Carta arqueológica del término municipal de San Bartolomé de Tirajana elaborada por el “SAMC” en 1993, con un total de 97 conjuntos arqueológicos en el municipio de los cuales fueron declarados o incoados Bienes de Interés Cultural (BIC) la Necrópolis de Arteara, Lomo Galeón, Los Caserones de Fataga, El Pajar-Santa Águeda, Rosiana, El Llanillo, Lomo Perera, Punta Mujeres o el Barranco de Fataga-Barranco de Los Vicentes. En 2018 promovido por el Cabildo la empresa “Tibicena” actualiza el inventario arqueológico aumentando el registro a 167 yacimientos.
En 1998 Naranjo y Miranda publican la Guía Arqueológica de San Bartolomé de Tirajana, dando a conocer y divulgar el patrimonio municipal.
En el asentamiento costero de Punta Mujeres entre el año 2000-2005 se desarrolla un proyecto de investigación arqueológica, musealización y vallado de protección en el Paseo de Meloneras promovido por el Ayuntamiento y el Cabildo de Gran Canaria.
En los último años, la empresa “Arqueocanaria” efectúa actuaciones didácticas y la musealización del “Centro de Interpretación de la Necrópolis de Arteara” y dentro ámbito del Plan Parcial Campo de Golf de Meloneras, excavaciones arqueológicas que ponen al descubierto las estructuras de las casas de piedra que se conservan del poblado Pocillo Real, Pasito Blanco o la cueva funeraria de El Hornillo.