Necrópolis de Arteara

 

 

Para la protohistoria de Gran Canaria, es un hecho frecuente la constatación de grandes cementerios de túmulos en zonas de malpaís aprovechándose las piedras del entorno para su elaboración.

La Necrópolis de Arteara ocupa un territorio de dos kilómetros de largo por uno de ancho. Está situado junto al pueblecito de Arteara, en un paraje en el que contrasta el color verde del palmeral con la dureza de la roca, lo que le confiere una singular belleza. Por muchas razones constituye una de las visitas obligadas de Gran Canaria.

 

Este yacimiento funerario preeuropeo lo conforman más de un millar de estructuras tumulares. Un porcentaje muy elevado de las estructuras son túmulos simples, es decir, un espacio funerario protegido luego por un amontonamiento de piedras. No obstante, no presentan una homogeneidad total, sino que su adaptación a las características del terreno hace que existan ciertas diferencias entre ellos (túmulos exentos, adosados a afloramientos rocosos, etc.), adoptando formas troncocónicas, ovoides, etc. La colocación de un sólo cadáver en cada una de estas estructuras parece ser el hecho más habitual, aunque también existen ejemplos en los que se localiza más de un individuo.

 

 

 

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Kmz Arteara

Los túmulos

Los túmulos

El cuerpo se depositaba, acostado sobre la espalda y con brazos y piernas extendidos, en una cista compuesta por grandes losas. Esta se recubría con piedras, de tamaño medio, que forman el interior del túmulo, en general en forma de tronco de cono. El exterior se recubría con piedras de mayor tamaño.

La tumba del rey

Tumba del rey

Esta es la denominación que los lugareños asignan a este túmulo, que ocupa una posición central y preeminente dentro del yacimiento. Esta sepultura es la primera en recibir los rayos del sol en el amanecer del equinoccio de primavera y otoño, un fenómeno descrito por la tradición y confirmado científicamente.

La cista

Cista

La desaparición de la superestructura deja a la vista el interior de la sepultura.  Esta queda reducida a la cista o fosa, delimitada y cubierta con piedras, donde se depositaba el cadáver. Se han hallado algunos restos de envolturas de fibra vegetal, pero no objetos que acompañaran el difunto en la sepultura.

Otros enterramientos

Otros enterramientos

En esta zona los túmulos están más próximos entre si y no adoptan la forma característica.

Esto puede estar en relación con la tradición oral que dice que aquí se enterraron, hace cerca de cien años, unos marineros ahogados en la costa cercana, lo que explicaría las diferencias en la forma de enterrar.

El desprendimiento

El desprendimiento

Las piedras de los túmulos proceden de los desprendimientos del risco que se ve al fondo. Esta piedras, de fonolita de color rojizo, que le da una tonalidad característica al yacimiento, tienen la particularidad de fragmentarse con facilidad. Esto favorece su utilización para la construcción de sepulturas.

La muralla

Muralla

Una muralla elaborada en piedra seca, y de la que aún se conservan algunos tramos, circunda toda la necrópolis. La existencia de este elemento de definición reafirma el carácter simbólico que Arteara, al igual que el resto de los conjuntos sepulcrales, debió de tener para los habitantes preeuropeos de Gran Canaria.

El goro

Goro

El espacio que ocupa el cementerio se utilizó, en épocas más recientes, para otras actividades. Este corral o goro es uno de los que se emplearon para encerrar ganado doméstico. No obstante, desconocemos si en época prehispánica ya existía, o que usos pudo tener.

Las colmenas

Colmenas

La instalación de colmenas ha sido uno de los pocos usos que los vecinos han dado al espacio de la necrópolis. Se obtenían vaciando troncos de palmera previamente cortados al tamaño deseado. Estas colmenas se colocaban sobre una base de piedra y se cubrían con una laja.

Mirador al barranco de Fataga

El mirador

El cauce medio-bajo del barranco de Fataga viene definido por los dos grandes macizos que lo enmarcan, los riscos de Amurga a la izquierda y las estribaciones de Los Vicentes-Ayagaures a la derecha. El caserío que se asienta bajo el palmeral del Aserradero ha sido objeto de un progresivo abandono; la presencia de material arqueológico confirma la existencia de un asentamiento prehispánico en este palmeral.

La flora

Tras el violento desprendimiento del risco, las especies vegetales que quisieron sobrevivir tuvieron que adaptarse a un escenario donde el suelo era escaso.
La geología, el clima y las necesidades humanas han determinado el número de especies que encontramos en este frágil territorio, entre las cuales hay endemismos de la isla, del archipiélago y especies importadas.

La fauna

La necrópolis es a primera vista un lugar inhóspito y desierto.
Sin embargo la vida existe y prospera; se trata prevalentemente de especies invertebradas y avifauna.

La fauna vertebrada terrestre es escasa, pero no menos interesante, destaca el lagarto endémico de Gran Canaria, uno de los mayores del mundo con hasta 80 cm. de longitud.

Entrevista en Arteara con:

Rosa Schlueter Caballero

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El texto inicial de esta página está basado en la Guía del Patrimonio Arqueológico de Gran Canaria, editado por el Cabildo de Gran Canaria
Los textos de los distintos puntos de interés están basados en la señalización del centro de interpretación de Arteara, realizado por Arqueocanaria
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